Es importante saber dónde estamos pero también como hemos llegado hasta aquí, al fin y al cabo las cosas las hacen posible las personas y pocas veces pasan por casualidad, por eso desde CRISARA queremos agradecer a Almendrave (Agrupación de exportadores de almendra y avellana de España) que haya hecho un merecido reconocimiento a algunas de ellas, como al ex ministro Carlos Romero, el investigador Octavio Arquero o el vicepresidente de Almendrave, Juan Luis Peregrín, todo ello en el III Encuentro de la Almendra celebrado en Gérgal ante una amplia representación empresarial e institucional. Para investigar en el mundo del almendro y ofrecer los resultados actuales el IFAPA necesitaba una persona con la paciencia y la pasión que le ha puesto Octavio Arquero y para convencer en aquellos años a Bruselas que los frutos secos debían entrar en la primera PAC, fue necesario contar con un visionario con el talante y la destreza de Carlos Romero.
En definitiva, un reconocimiento justo a personas que en momentos claves, cuando el almendro era un cultivo marginal, tuvieron una visión a largo plazo, supieron estar y lo colocaron en el mapa, siendo el embrión de lo que hoy representa un sector estratégico en España, un país que lidera la producción de almendra ecológica a nivel mundial y la segunda posición en convencional.
Una jornada emotiva pero también muy productiva que, además de las interesantes ponencias y mesas redondas que nos han acercado a la innovación y tecnología más vanguardista del sector, también nos ha ofrecido la oportunidad de intercambiar opiniones y aportar ideas desde los distintos ámbitos y visiones variadas que nuestra experiencia diaria nos aporta en el mundo del almendro. Un encuentro que valoriza nuestro producto, que nos une poniendo investigación, experiencia, tecnología y conocimiento en común y que nos refuerza cuando aportamos posibles soluciones a nuestros retos.
Así, las conclusiones más significativas pueden resumirse en los siguientes puntos:
1- Creemos haber llegado actualmente a un precio de equilibrio en el mercado con el que podemos trabajar tanto agricultores convencionales como ecológicos.
2- Tenemos variedades suficientes como para ir tipificándolas y ordenando nuestro mercado cada vez más.
3- La calidad diferenciada de nuestras almendras además de organolépticamente es demostrable en términos de ácidos oleicos y vida útil.
4- Tenemos una forma de producir diferenciada siendo más respetuosa, sostenible y equilibrada que otros.
5- Tenemos que resolver problemas como las amargas, los frutos dobles, las mezclas, etc.
En definitiva, tenemos recursos, potencial y conocimiento para definir una «marca España» de almendra a corto plazo, pero tenemos que estar unidos y trabajar en la misma dirección.
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