
El consumo no puede seguir determinando la producción, tiene que ser la necesidad, la demanda real la que marque la producción. El planeta ha entrado en déficit ecológico, emitimos más dióxido del que los bosques regeneran, consumimos más recursos de los que se generan. Desde CRISARA, no solamente pretendemos vender muchos bioinsecticidas y fertilizantes naturales que es de lo que realmente vivimos, de eso solamente queremos vender lo necesario. Somos una empresa formada por un equipo humano totalmente convencidos de los grandes retos que nos toca afrontar (cambio climático, contaminación de acuíferos, erosión……), y queremos marcar un nuevo tiempo en agricultura, creando conciencia entre nuestros clientes.
Además de la necesidad de practicar una Agricultura Ecológica y en parte Regenerativa, requerimos urgentemente de una agricultura con corazón, de un consumo responsable, de humanizar el sector de la alimentación y valorizarlo como el bien más necesario del planeta, solamente una producción y un consumo con sentido, con principios y valores y con responsabilidad podrá alimentar de forma natural y saludable a los 9.000 millones de personas que se avecinan.
Al borde de la crisis más grande de todas las crisis, que es la de la desertización y la pérdida de biodiversidad, seguimos exprimiendo la tierra, sobreexplotando los recursos y además nos seguimos permitiendo el lujo de tirar un tercio de los alimentos que producimos. Tenemos que avergonzarnos porque el 46% de la fruta no llegue a la mesa y debemos de saber que solamente con la comida que se tira podríamos alimentar dignamente a más de 2.000 millones de personas en el mundo. Tirar una manzana, es mucho más que un acto, mucho más que la conciencia de pensar en quien no tiene que echarse a la boca, detrás de la manzana está el consumo del tractor para producirla, el agua gastada, la contaminación, los insecticidas, los fertilizantes… en definitiva, todo un conjunto de energía perdida.
No hay ningún banco que financie este déficit, ninguna solución fácil, solamente la conciencia colectiva de consumidores y productores pueden llevarnos a una solución, pues la agricultura regenerativa, un consumo de productos locales, una recuperación de los recursos naturales y un equilibrio entre producción y necesidad son las claves.
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